martes, 28 de octubre de 2008

El Mundo, el accidente de Barajas y la ética periodística

"Que la historia se cuente por sí sola, sin artificios". Esta es la mayor lección que Xocas confiesa haber sacado en claro en su paso por la facultad. En temas tan serios como un accidente aéreo, con tamaño número de víctimas, la frase cobra más que nunca relevancia.

Analizar las infografías del periódico El Mundo los días posteriores al siniestro en Barajas es un ejercicio útil para discernir la deriva ética de este diario en los últimos tiempos. Las infografías, como señala el profesor José Luis Valero (La infografía: técnicas, análisis y usos periodísticos, 2001) expresan mucho de la actitud moral de un medio y de sus periodistas. Dan claves acerca de la rigurosadid y el enfoque con el que los profesionales afrontan las informaciones.

Una realidad crítica. ¿Dónde debe recaer el énfasis? Xocas apuesta por “más info y menos grafía”. ¿Qué valoración dar a El Mundo en materia de ética profesional?

Vayamos por partes.


En lo que respecta al seguimiento diario, se puede concluir que el tratamiento periodístico de las infografías no incide en exceso en aspectos morbosos, sino que se limita a ilustrar los datos que van apareciendo. En nuevas entradas se hará un estudio más pormenorizado. Lo que ahora importa es señalar que las infografías, pudiendo haber caído en la tentación del "big show" se quedan a medio camino y no ahondan en unas circunstancias tan trágicas para las familias.

Las posibilidades técnicas de hoy en día funcionan como un arma de doble filo en manos de los infografistas. Por un lado, es obvio que amplían las potencialidades tanto gráficas como explicativas de las infografías. Sin embargo, y aquí está el peligro, pueden desviar la atención de los profesionales que, atraídos por las filigranas estéticas, dejan de lado la tarea estrictamente informativa. Estas cuestiones las trata con gran acierto y sencillez José Luis Valero en el libro referenciado más arriba.

Es opinión generalizada en los círculos periodísticos que el medio dirigido por Pedro J. Ramírez se ha dado en los últimos años a un cierto sensacionalismo que pone en tela de juicio la seriedad de la cabecera. No obstante, ante la trascendencia del acontecimiento, se puede concluir que El Mundo estuvo "a la altura de las circunstancias". Aunque no se libre de un ligero "tufillo" a espectáculo, como se puede observar en el recorrido/impacto de la siguiente infografía.


En general, las infografías no contienen excesos ni gráficos ni tipológicos, ni tampoco fallos importantes de concordancia, más allá de las rectificaciones (incluidas sobre la marcha de los sucesos) causadas por carencias en las primeras informaciones del accidente.

No cabe duda de que los datos acerca de las víctimas y sus familias son los más delicados en estos trabajos. Son abordados en El Mundo (al menos en sus infográficos) con sobriedad y austeridad.
No hay lugar para morbosidades ni se atenta contra la intimidad y el honor de los actantes, aportando sin más una función ubicativa (tanto dentro como fuera del avión, tanto antes como después del accidente).


En resumen, que los infografistas de El Mundo estuvieron aceptablemente contenidos en la información que analizamos. Contención por absoluto exigible para todos los medios en catástrofes como la de este verano. Sucesivos acontecimientos, por desgracia, seguirán poniendo a prueba el grado de honestidad y ética de nuestra infografía.









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